ENTREAMIGOS LGBTI EL SALVADOR

Modelos de parejas abiertas y parejas cerradas en la comunidad LGBTI

 

En nuestra comunidad es importante la identidad y expresión de género, Por lo que su construcción es muy importante la construcción masculina y femenina en algunos casos puede ser una combinación de ambos pero no es la mayoría.

La construcción Masculina: Separa lo afectivo de lo sexual

Como los modelos aprendidos son masculinos, machistas y esos modelos implican que la sexualidad se tienda a vivir separada de la afectividad o múltiples parejas.

La construcción Femenina: No separa el sexo de lo afectivo.

Ellas les cuestan mucho separar el sexo del afecto. Lo que da a sus uniones un estilo en el que predomina la exclusividad, la durabilidad, y la tendencia a la estabilidad afectiva y sexual.

  • Modelo de pareja heterosexual

Se basa sobre todo en una primera fase de enamoramiento, para luego pasar a otra fase, donde se institucionaliza el amor, generalmente en forma de un matrimonio y si es posible teniendo hijos. Se forma un hogar y hacen promesas de fidelidad…

Las personas LGBTI no nos vemos presionados a crear todo esto y si se hace es porque se tiene muy grabado el ideal heterosexual. En ese caso se crean parejas en que se tiende a replicar todo lo que la pareja heterosexual nos propone como modelo; (No todas las parejas se sienten cómodas con el modelo anterior, independientemente de su orientación sexual).

Las parejas Homosexuales (Lesbianas y Gays), no hace uno de hombre y el otro de mujer:

¿Qué hacemos entonces?

Las parejas LGBTI no se quieren alterar sus identidades masculinas o femeninas, Identidad que implique un rol a desempeñar en la convivencia, una actitud respecto al cuidado de la casa y a las tareas que se compartan todas las actividades e incluso las responsabilidades de pagos.

  • Fases de la actividad sexual en la pareja LGBTI
  1. Dos personas se enamoran y viven como pareja, empiezan a mostrarse ante los amigos, o ante la familia. Incluso al cabo de cierto tiempo y si el lugar dónde viven lo permite, deciden vivir juntos. Hasta ese momento solo han tenido ojos el uno para el otro, viviendo un mundo completo con la sola presencia del amado. Bastaba la fusión, lo que impulsa a tener sexo con una frecuencia generalmente alta. (Una estadística norteamericana habla de que en el primer año, el 85% de las parejas tienen más de cuatro relaciones sexuales por semana). En esta fase los problemas sexuales se dejan a un lado, por lo poderoso del sentimiento de unión, que hace que se relativicen las posibles dificultades.
  2. Pero cuando empiezan a apaciguarse las idealizaciones del principio, y la realidad y los conflictos de la convivencia o la rutina se imponen, es normal que empiece otra etapa, en la que hay que lidiar con problemas alrededor de lo afectivo y lo sexual. Hay que seguir conociéndose, aprendiendo a dar placer, para así construir una relación, sexual y amorosa, duradera. Con el tiempo la frecuencia de actividad sexual puede disminuir, pero se gana en calidad.
  1. Luego viene una fase de reafirmación personal, en donde se retoman intereses personales pospuestos. Se busca realizar actividades que no se comparten, o se recuperan amigos y aficiones. En ese momento es cuando empieza a aumentar la posibilidad de aventuras sexuales fuera de la pareja. Estas aventuras no significan que haya deseo de romper la relación afectiva que se tiene con el otro, sino que se echa de menos la capacidad de ligar, de conocer otros cuerpos, de otros placeres que atraen, pero que no se viven como infidelidad, ni como traición. En ese caso el dilema moral es si ocultarlo a la pareja o hablarle francamente, para darle un cauce que no perjudique la estabilidad lograda, y permita el crecimiento junto.

La confianza mutua tarda cierto tiempo en crearse, por eso no es muy recomendable el tener aventuras sexuales con terceros, pues la relación no lo soportaría, quedaría muy herida en su confianza.

  • Como tratar el tema de la exclusividad sexual

Probablemente sea un tema que no se hable hasta que no ocurra. No creemos que haya muchas parejas que en sus comienzos se planteen lo que ocurriría si alguno de los dos percibe la necesidad de tener otras relaciones.

Hay casos que lo tienen claro desde un primer momento, pues se conocen bien y saben que pueden ser fieles en el amor, pero no el sexo. Y si esa necesidad es compartida por los dos, no hay problema.

Cuando uno tiene un esquema interno que liga el sexo al afecto, y el otro no, la cosa se complica. Pues se puede pretender que el otro haga un voto de fidelidad sexual absoluta, que no va a ser capaz de cumplir y que llevará antes o después a una tensión insoportable y a la ruptura.

  • VENTAJAS DE LA PAREJA CERRADA

En general la pareja cerrada práctica sexo de una manera más completa en lo que se refiere a expresar la vulnerabilidad y el afecto. Dedican más energía en conocerse y en intentar satisfacerse en lo sexual, aunque se con un ritmo tranquilo.

El sexo suele ser un buen termómetro de cómo va la relación, y si el sexo va bien la pareja suele ir bien. Pero cuando la pareja es abierta esa referencia se pierde.

  • VENTAJAS DE LA PAREJA ABIERTA

Mejor es reconocer que se desea vivir esas experiencias fuera de la pareja, que estar engañando. Por otro lado puede satisfacer determinadas particularidades o deseos sexuales no practicados con la pareja. Y si se separa bien el “puro sexo” de lo que es el compromiso afectivo-sexual de la pareja, puede permitir tener las cosas buenas de ambos lados: seguir con la posibilidad de disfrutar del ligue ocasional y sus gratificaciones narcisistas, y por otro lado disfrutar de la seguridad y el amor que aporta la pareja.

El riesgo en una pareja abierta es acabar teniendo sexo con cualquiera menos con la pareja.

  • CIERTAS REGLAS

Algunos deciden abrir su pareja practicando tríos. De alguna forma es una manera de no perder de vista al otro, y controlar mejor la situación. Hay parejas que han tenido amantes durante más de un año, con el que han practicado un trío, intentando que la relación principal quede protegida.

Otros se emparejan directamente con alguien casado que no piensa perder su situación familiar y saben que van a tener que compartirle con él o ella. (Hay casos incluso que viven en la misma casa).

Algunas reglas incluyen la posibilidad de que la relación extra sea en secreto.

O que los encuentros sean en casa, pero con la condición de no verles, de que sea cuando se va uno de viaje, por ejemplo. Otra regla puede ser que siempre que liguen ha de ser fuera, no traerlos a casa, y que la única condición es que la noche es de ambos, que nunca van a pasar la noche con otros.

Con las reglas se establecen compromisos afectivos, que crean estabilidad, en el cual se puede llegar a negociar que si existe alguna posibilidad de una relación abierta es que con las otras parejas siempre se proteja de cualquier Infección de Transmisión Sexual (ITS) Y que si eso no fuera así, se aclare cuanto antes, pues en ese caso sería la ruptura.

Fuente: Internet

Redacción: @LilianaHernadz

 

 

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