El Salvador está sumergido en la violencia, debido a patrones culturales que se enseñan desde los hogares, esto es una de las más grandes influencias, que vienen hacer reforzadas en las escuelas, en la sociedad y en el trabajo.
Esto afectas a muchas mujeres que viven siendo violentadas por sus propias parejas, padres hermanos hasta llegar a su conyugue, generando así nuevamente el circulo de violencia.
La religión es uno de los factores más graves ante esta problemática ya que utilizan la fe como un arma para poder ejercer esta violencia de una forma silenciosa o simplemente bajo el mandato de Dios.